Voy de emoción en emoción (me estaré haciendo mayor?).
Estaba todavía asimilando lo ocurrido aquella tarde-noche en Elciego, cuando José Ramón Elorriaga (otro gran amante de éste pueblo), hombre de muchas habilidades -entre ellas destaca la de ser un magnífico pintor de mucho talento- se acerca a mi “casi de puntillas” y me obsequia con éste cuadro, en el que refleja mis “debilidades”: “Elciego, jazz y vino” debidamente dedicado y firmado. Me dejó con tal nudo en la garganta, como que unos días más tarde, pasada la “resaca”, tuve que llamarle para agradecérselo.
Gracias José Ramón! (ni que decir tiene que la foto realizada al cuadro, pasada por varios filtros... no le beneficia, pero me gusta tanto que prefiero que todos lo veais).
Estaba todavía asimilando lo ocurrido aquella tarde-noche en Elciego, cuando José Ramón Elorriaga (otro gran amante de éste pueblo), hombre de muchas habilidades -entre ellas destaca la de ser un magnífico pintor de mucho talento- se acerca a mi “casi de puntillas” y me obsequia con éste cuadro, en el que refleja mis “debilidades”: “Elciego, jazz y vino” debidamente dedicado y firmado. Me dejó con tal nudo en la garganta, como que unos días más tarde, pasada la “resaca”, tuve que llamarle para agradecérselo.
Gracias José Ramón! (ni que decir tiene que la foto realizada al cuadro, pasada por varios filtros... no le beneficia, pero me gusta tanto que prefiero que todos lo veais).
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