domingo, 24 de enero de 2010

El “Cifu”: Un perfil… de tres cuartos















No le resulta nada fácil autodefinirse porque, al haber –tras largos años de inevitable convivencia- encontrado una fórmula medianamente eficaz para llevarse bien consigo mismo y que consiste en no hacerse ni el más puñetero caso, la idea que se ha formado de su propia personalidad es, aunque relativamente positiva (lo cual ya es algo)
, un tanto nebulosa (quizá achacable a su pertinaz presbicia) y carece totalmente de la seriedad y coherencia que suelen tener los ejemplares rasgos caracterológicos que se pueden deducir de las biografías de los grandes hombres o mujeres que, a diario, ejercen (o ejercían) su beneficiosa influencia sobre nuestras desaprovechadas vidas: Fernando Sánchez Dragó, Jiménez Los Santos, George W. Bush, Alfredo Urdaci, Carod Rovira, Pedro Jota, Eduardo Zaplana, Leticia Sabater, Terelu Campos, Rappel, José María García...(la lista es larga e impagable).Por eso, todo lo que sigue es un forzosamente espontáneo, aunque algo confuso, batiburrillo caótico-descriptivo del que suscribe y por el que él mismo declina toda responsabilidad si se pierden en su laboriosa lectura.



Se considera un crío que nunca quiso crecer. Quizás así se explique que habiendo sido boy-scout, jamás consiguiera curarse del todo.


Su afición al jazz empezó a los once años con un tocadiscos de plástico que le regaló su padrino junto con un LP (de los de 25 centímetros) de Glenn Miller.... luego cambió de gustos, gracias a Dios y a Duke Ellington.


No sabe -o no le apetece- establecer un orden de preferencias entre las muchas cosas (palpables o impalpables), situaciones (incluso las que rozan el puro surrealismo) o seres (presentes o ausentes) que le gustan. A saber:

los amigos (los de verdad, claro); la mujer en general y en particular (con esposa, dos hijas y una nieta ¿qué remedio le queda?...); el jazz; sus añorados y queridos compañeros de cuatro ruedas: un “Mini” y un “Escort” (14 y 19 años de inquebrantable adhesión mutua respectivamente); los niños (todos); Quino y Forges; los medios de comunicación y la comunicación muy directa con la gente; cualquier peli en la que los protagonistas sean Lemmon y Matthau, Philippe Noiret, Richard Dreyfus.... (calculen un folio más con apellidos como, De Niro, Hackman, Eastwood, Redford, Belmondo, Hoffman, Connery, etc); todo el equipo de “Sé lo que hicisteis”; el “Pirata”, rey del “heavy metal” en la radio y un colega de verdad; el jazz; Barak Obama; el vodka con naranja (uno, porque el segundo casi siempre le sienta como un tiro); viajar mucho; Jacques Brel y Georges Brassens; la menestra de verduras que hacen en el restaurante “Patxiko” de Laguardia (Álava); el jazz; Snoopy y Axterix; Buenafuente y sus geniales monólogos; su “hermano” Mario, el indio aymara que los “milicos” argentinos quisieron asesinar por defender a su gente; la Música Barroca; cualquier cosa que cuente o escriba Moncho Alpuente; Charlie Chaplin y Woody Allen; la buena cocina de cualquier parte del mundo (pero el vino que sea de La Rioja Alavesa y en esto hace pocas concesiones); Boris Vian; Fred Astaire; los “cartoons” del Correcaminos; el jazz; Javier Sardá (pero él solo, porque sus programas hace tiempo que le decepcionaron profundamente, a pesar de algunos momentos aceptables); coleccionar discos de jazz; todo lo que diga o escriba Miguel Ángel Aguilar (una de las mentes más clarividentes de este país); Meg Ryan y Michelle Pfeiffer (más o menos otro folio de nombres desde, digamos, Gene Tierney, Marilyn y B.B., hasta Shirley McLaine, Julie Christie o Susan Sarandon pasando por Catherine Deneuve y Vanesa Redgrave ); París, que sin unos cuantos parisinos sería la ciudad perfecta; Bob Dylan, Beatles y Stones; cualquier cosa que haga Wyoming; el mus, del que nunca conseguirá saberse las señas; el jazz; Elciego (Álava); Bill Cosby; un ligero toque de desorden; aprender a hablar idiomas; el sentido del humor (entiéndase hasta para las cosas tradicionalmente aceptadas como serias) y el jazz (media docena -por lo menos- de páginas suplementarias hablando de este último tema y de sus pormenores...).



Es alérgico: a los ordenadores, a la música de Kenny G y a esas “músicas” y “fusiones” que ciertas discográficas, a lo largo y ancho de este mundo, se dedican a “fabricar” y a lanzar al mercado para ver si consiguen engañar otra vez a unos cuantos y así se sacan un dinerito; a la “Presi” Aguirre, a sus chanchullos y sus mal disimulados pucherazos escondidos a duras penas tras los ladrillos de sus amiguetes; a la presencia en la tele de gente que –cobrando pingües cachés por ello- sale a contarnos historias para vomitar y de los que -cobrando por ello cachés no menos pingües- les preguntan, hasta la saciedad, cuantos revolcones se han dado con el marido de fulanita o con la esposa de menganito y así, por extensión, a un alto porcentaje de la programación televisiva nacional y autonómica (no merece la pena detallarla); a la SGAE; al alcalde de Madrid y a sus maléficas –pero muy benéficas para él y los suyos- “obras” (de su insufrible antecesor ya conseguimos librarnos de sus espantosos villancicos, de su política de prebendas –algunas a nivel muy personal- y de sus claras inclinaciones fascistas); a las instituciones bancarias; y a los que, después de 40 años, siguen presentando al cantante de los Rolling Stones como Maik Yaguer o nos dicen que la capital del Estado de Washington es Sitel...etc.



No soporta: la ineficacia; el amateurismo; esas azafatas que, con toda la pasta que ganan, parece que te están haciendo un favor y no son capaces en todo un vuelo de esbozar una sonrisa amable; las chapuzas; los listillos; un alto porcentaje de la actual clase política –sea del color que sea y contando con los dedos de una mano a los que consentiría salvar de la quema-; los intransigentes (nueva raza de inquisidores...) que, hasta hace poco, se empeñaban, a escondidas, en hacer desaparecer los ceniceros de todos los rincones de tu lugar de trabajo (y al final se salieron con la suya ¡leches!); los que hablan “ex-cáthedra” y más aún, cosa demasiado frecuente por desgracia, pontifican sobre cosas de las que no tienen ni la menor idea; las vocalistas que dicen que cantan “jazz” y al primer verso te das cuenta de que no tienen ni pajolera idea de inglés (ni la mínima para pedir -con pronunciación de nivel 1 en la academia de idiomas- una hamburguesa con patatas fritas en un McDonald’s de Londres) que, evidentemente, no se han enterado de lo que dice la letra –o sea, de la historia que, se supone, tienen que contarnos- pero eso sí, acaban cantando a tope de pulmón (en plan OT para que se vea “que tienen buena voz”...), una balada que, en teoría, es una bella historia de amor y lo hacen como si fuese una declaración de guerra...; los conductores para quienes los intermitentes son solo un mero adorno (“poco práctico” deben pensar ellos) de la carrocería de su coche y, a la inversa, los que, al segundo de utilizarlos, cambian de carril convencidos de que todo el tráfico circundante se ha quedado milagrosamente paralizado para que hagan su maniobra con toda comodidad (largo etcétera que puede ir hasta llenar un par de tomos).



Odia caer en el tópico fácil diciendo que aborrece: la hipocresía, las dictaduras de todo género, las guerras, el racismo, las multinacionales, el terrorismo y la censura en cualquiera de sus formas, pero se aguanta y lo dice de todas formas.



Cuando se jubile –aunque el concepto de “jubilación” no figura en su diccionario- le gustaría abrir un restaurante... con un club de jazz abajo. Otra alternativa sería montar una emisora FM que radiara jazz las 24 horas. Soñar no cuesta nada, dicen.



Hablando de alimentación, lo único que no consigue tragar es la leche y cuando lee un menú suele saltarse siempre la parte de los platos que llevan bacalao (no le pregunten porqué). Sin embargo, a parte de eso y de su gusto por la buena mesa, es capaz de engullir piedras, masticar suelas de zapato o lo que le echen (incluso el bacalao) en cualquier condición y sin decir ni mu (una mili hecha en la España de los años sesenta es una gran escuela a este respecto).


Piensa sinceramente que este mundo tiene solución y especialmente España a pesar de... (kilo y medio más de páginas para explicarlo sin prisas).



Es un baterista frustrado y también un psicoanalista frustrado.


Fuma más de lo que quisiera y no practica ninguno de los deportes que debería practicar.


Por cierto, le gusta el jazz (¿y quizá el cine?...).


Pues eso, pues lo dicho.


El que suscribe:

El Cifu

5 comentarios:

Agus dijo...

¡Enhorabuena por tu presencia en la blogsfera!
Oye Cifu, los de Planeta de Agostini han sacado una colección llamada Vinilos míticos del jazz y me gustaría conocer, si es posible, tu opinión al respecto.
http://www.planetadeagostini.es/coleccionable/vinilos-miticos-del-jazz.html
De paso comentarte ¿no podrías hacer concursos de vez en cuando como solías cuando estabas en Antena 3?
Bueno, dejo dos o tres mil cosas en el tintero para no ser muy pesado.

Agus dijo...

Perdón, olvidé poner el enlace como es debido:
http://www.planetadeagostini.es/coleccionable/vinilos-miticos-del-jazz.html

Laura Cifuentes dijo...

Hola Agus,

El grupo Planeta Agostini se caracteriza por la buena calidad de sus lanzamientos. Yo me hice con una colección que lanzaron a principios de los 90: "Maestros del Jazz" y estaba muy bien de textos y selección.
En cuanto a la de ahora, no he visto la lista completa de lo que tienen programado, pero por lo que he visto en el link, la selección parece excelente (no se quien está detrás de ello pero tiene buen criterio) y todos los LPs que aparecen son de auténtica colección.
Si son discos que no tienes todavía vete a por ellos. Además si regalan la Historia del Jazz en 12 DVDs (que ya tengo) está muy (pero que muy) bien. Adelante y a disfrutar.

En cuanto a los concursos... ya no merece la pena. Por una parte, sabrás que en Radio Nacional está prohibido hacer cualquier tipo de publicidad y, por ello, tuve que abandonar la idea de gestionar abonos, viajes y estancias promocionando en antena Festivales como el de Vitoria o Donosti (lo cual, aparte del lio de recibir -con apartado de correos incluido- seleccionar y clasificar las cartas, ocupa un montón de tiempo que yo tenía entonces y hoy ya no). Por otra parte son festivales que, hoy, ya no son lo que eran (el jazz en ellos pasa casi a segundo plano...) y con los que he dejado prácticamente de tener relaciones. Lo siento.
No te digo que haya enterrado la idea totalmente pero en estos momentos no le veo posibilidades immediatas.

Un abrazo y gracias por escuchar.

Cifu

Agus dijo...

Jo Cifu, te agradezco enormemente que te hayas tomado la molestia de responder a este mindungui del jazz que soy.
Resulta que algunos de los títulos ya los tengo, pero eso es lo de menos; por ejemplo Kind of blue ya lo tengo cuatro veces, dos en CD y otras dos en LP (no me extraña que sea varias veces platino) y A love supreme ya lo tenía en CD (y en este punto aclaro que ya me he mercado estas dos primeras entregas). Esta colección, por lo que he visto en internet, ha levantado una gran expectación y el responsable es un señor llamado Miquel Jurado.

agata dijo...

Gracias Cifu por estar aquí. Eres un gran comunicador. El jazz prologado y presentado por ti es mucho mas impresionante y gratificante de lo que por sí es.