domingo, 7 de febrero de 2010

Las Big Bands no morirán jamás

La Big Band de Bob Sands que suelo ir a ver y escuchar cada Lunes por la noche en ese sitio (simpático pero incómodo, porque siempre está petado) que se llama MOE (en la calle Alberto Alcocer) sigue siendo, para mi, lo más excitante y explosivo que he podido escuchar en estos últimos años.
¡Son la bomba! Diecisiete musicos como una piña. Todos tocan con un entusiasmo dificilmente igualable (y sabemos que lo hacen cobrando una auténtica miseria de caché, pero lo hacen porque les gusta un montón). La sección de saxos, a veces, iguala en sonido y cohesión a la de Count Basie (y no exagero).
El metal -trompetas y trombones- es una pasada y la sección rítmica es impecable, especialmente el trabajo impagable que hace su baterista Dani García que es un verdadero monstruo. Hay un dicho de los jazzmen americanos: "Una banda es tan buena como su batería" y en este caso es una gran verdad. Verle en acción es toda una experiencia. Como subraya cada pasaje, como apoya a cada solista y con qué swing lanza permanentemente la banda.
Y luego está Bob Sands que es uno de los mejores "big band leaders" que he visto jamás. Aunque para él, sospecho que, además de sus otras obligaciones (clases) y contratos, debe ser un trabajo más que estresante el mantener a toda esta tropa en acción (buscar bolos), reunirlos cada semana para ensayar nuevo repertorio, lo cual implica buscar material y también comprar nuevos arreglos -que cuesta dinero, claro-.
En fin: larga vida le deseo a esta "institución" de nuestro madrileño jazz. También siempre se dijo que "Las Big Bands no morirán jamás" y, hasta ahora, menos mal, se viene demostrando. A las pruebas me remito.
Por cierto que tocan también todos los Martes noche en CLAMORES. Aviso a navegantes...

No hay comentarios: